Hace ya algún tiempo que me apetecía hablar de tecnología. No es que yo me quiera considerar un especialista, pero si que tengo una buena dosis de pasión por los avances que nos van cambiando la manera de entender la vida, el trabajo y, en definitiva, la sociedad (2.0). Un buen ejemplo de estos avances es esta misma página, desde donde no sólo puedo reflejar algunos pensamientos personales sobre nuestra profesión de Arquitecto Técnico, sino también ayudar a divulgar todas aquellas noticias que me parecen interesantes.
Hemos ido incorporando progresivamente a nuestra vida y nuestro trabajo máquinas y software que nos han ido facilitando enormemente la comunicación. Parece ahora muy lejano en el tiempo cuando quedábamos varias personas para una visita de obra, sin móviles, sin correo electrónico, ni whatsapp, o cuando preparábamos un ejecutivo sin Autocad, sin bloques de detalles, picando a máquina el pliego de condiciones o rascando un vegetal con una Gilette previamente delineado con un Rotring. La mejora para muchos de esos trabajos, sobretodo de despacho, es ahora abismal con respecto a la de hace un tiempo, desde luego, aunque algún efecto secundario debía de tener alguno de ellos: ahora es mucho más fácil avisar de que alguno de los convocados a una reunión o una visita no puede venir por mil motivos diferentes. Unas fotos o mensajes enviados en tiempo real desde cualquier dispositivo y listo.
Particularmente, me encuentro escribiendo en un portátil con Windows, pendiente de cualquier aviso en un smartphone Android y actualizando el calendario con una tablet Apple, sabiendo que cualquier novedad en las obras se me comunica inmediatamente en cualquiera de esos dispositivos, gracias a la actualización, en tiempo real, de correos, mensajería, calendarios, notas, etc.
Sin embargo, toda esta tecnología, parece que dista cada vez más de la realidad en las obras. Sí que hemos incorporado la tecnología láser para replanteos y niveles (no disponible todavía para algunos contratistas "pequeños"), alguna caseta de obra con ordenador y impresora (no disponible tampoco para algunos contratistas "medianos" y en absoluto para los "pequeños") y cada vez más el radiocassette se va substituyendo por móviles con el volumen al máximo. Hablo, evidentemente, de la tipología de obras que ya podemos considerar como tradicional, complementando al sistema de la pared de carga y los forjados unidireccionales, de la estructura de hormigón y cerramientos cerámicos, o sea, de tocho y mortero.
Sin querer negar tampoco la construcción de edificios más bien singulares con alta tecnología, prefabricados, cerramientos secos o sistemas domóticos de control y mantenimiento, tenemos todavía muchas obras con silos de mortero, palets de tochos de múltiples formatos, regatas para instalaciones (cada vez más), barro en los alrededores, frío o calor extremos, ambiente seco o agua por todos lados. Condicionantes, evidentemente, poco controlables con tecnología, y que parecen contrastar cada vez más con el equipamiento más avanzado a nuestra disposición, por muy al día que queramos estar.
Al hilo de esta entrada, adjunto una fotografía enviada hace un par de días por mi amigo Albert desde China, donde el contraste entre el muro cortina de un edificio y sus sistema tradicional de andamios de bambú me ha recordado nuestros propios contrastes y me ha animado a publicar esta entrada.
Me gusta!
ResponderEliminar