En esta fase de espera que parece que se ha abierto en septiembre, donde las noticias sobre la titulación y nuestro futuro se reducen a opiniones personales en facebook, linkedIn o blogs, me encuentro que los compañeros más cercanos, por no decir hasta yo mismo, están bastante más preocupados por la duración del bache económico en el presente que las espectativas de futuro. Y no cabe duda que, en este momento, estamos empezando a vivir con mucha incertidumbre, con pocas espectativas, cobrando infrahonorarios por el trabajo, manteniendo una estructura colegial que sigue defendiendo la Ingeniería como único paso posible a Grado, Musaat...En definitiva, un ambiente en el que es fácil dejarse llevar por el pesimismo y por la desidia, donde el ánimo de presentar batalla se diluye y, excepto en el caso de algunas de las opiniones de la red, el colectivo sigue dando muestras de división y falta de espíritu, precisamente, colectivo.
A esta situación hay que añadir otro elemento en el sumatorio. He hablado últimamente con varios arquitectos, que manifiestan abiertamente que su supervivencia en los últimos tiempos está siendo trabajar....como aparejadores! Todos aquellos trabajos de rehabilitación, reformas, informes, etc., que hasta hace relativamente poco los arquitectos consideraban microencargos, ahora han pasado en muchos casos a ser la única fuente de sus proyectos, así que, habrá que contar también con que los posibles encargos que antes parecían más exclusivos del arquitecto técnico, ahora son susceptibles de acabar en manos de arquitectos. Incluso, puedo constatar, personalmente, que hasta con un precio mejor que el nuestro. Es la ley de la supervivencia y todo vale, o sea, que ya no vamos a competir entre nosotros solos...
Sigo pensando que cada día que pasa queda un día menos para recuperar algo de normalidad. Mientras tanto, vamos a seguir divididos entre ingeniería y trabajo, preocupándonos más bien por lo segundo, aunque recogiendo firmas para secundar el Manifiesto para la reivindicación al Gobierno de la adaptación a grado de los arquitectos técnicos, que algo será mejor que no hacer nada.
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