Una de las últimas consecuencias que está teniendo la actual situación en el sector, con una competencia furibunda entre los técnicos por conseguir un encargo y con el objetivo de huir de los infrahonorarios, es la presentación de nuestras propuestas de honorarios.
A nivel particular, siempre he considerado que una buena presentación de nuestros presupuestos ayuda a decantar la balanza, así que ya estoy acostumbrado a acompañar el desglose de los honorarios con algo de literatura que explique al promotor cual es el ámbito de nuestra actividad, qué trabajos incluimos, etc., aunque debo reconocer que en estos últimos años he sido contratado, en algunas ocasiones, directamente para llevar a cabo proyectos u obras sin tener siquiera que hacer el cálculo. Qué tiempos...
El perfil de los promotores en general está cambiando, y cada vez son más proporcionalmente los particulares y comunidades de propietarios los que requieren de nuestros servicios, cada vez más proporcionalmente en rehabilitación y parece que la presentación de nuestros servicios aumenta las exigencias de explicar exactamente qué hacemos, cómo, cuanto vamos a tardar, porqué, qué vamos a entregar o si nos vamos a encargar de trámites administrativos, datos que quizás antes no se tenían que redactar y que se explicaban o se acordaban directamente a la entrega de nuestros honorarios. Quizás estas consideraciones se refieren básicamente a que el concepto de "promotores" se ha ligado más a la obra nueva, ahora casi inexistente, y se está trasladando al concepto de "cliente", mucho más extenso e indefinido.
Ahora parece que toca "vestir" presupuestos. Desglosar y explicar todas y cada una de nuestras actuaciones, documentos o visitas, acompañarlas de la planificación en caso de entrega de documentos, informes, diagnosis, o proyectos y, si puede ser, acompañar también unas fotos y algunas referencias de encargos parecidos que hayamos desarrollado para ganar puntos de confianza en el que, actuando como promotor sin tener demasiada idea, deberá adjudicar el trabajo a uno de nosotros. Hemos pasado del DIN-A4 a la encuadernación, a dedicar más tiempo en marketing.
Desgraciadamente, el precio final parece que es el que tiene más puntos para acabar prevaleciendo por encima de otras consideraciones, pero creo que las presentaciones de nuestros honorarios están mejorando, aún significando más tiempo e inversión en la parte más comercial de nuestra profesión.
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