Fuente: diariocordoba.com
La facultad de Ingeniería de la Edificación avisará a los aspirantes.
23/06/2011 D. CELA
Alumnos en un aula de la Escuela Superior de Arquitectura Técnica de la Universidad de Sevilla.
Las universidades andaluzas abren mañana el plazo de preinscripción para el acceso a estudios de grado universitario. Uno de esos grados, el de Ingeniería de la Edificación en la Universidad de Sevilla, ya no puede seguir llamándose así. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha suspendido cautelarmente "la denominación" que consta en el plan de estudios de esta carrera, de modo que el título de Ingeniería de la Edificación queda temporalmente sin efecto.
La Universidad de Sevilla no podrá expedir más títulos de este grado hasta que el Ministerio de Educación cambie el nombre, o los tribunales le den la vuelta al asunto. Esto afecta de inmediato a los más de 200 alumnos que se graduaron el año pasado, cuyo título "el rector guardará en un cajón hasta que se resuelva el conflicto judicial", explicó el director de la facultad de Ingeniería, José María Galván.
Ese cajón es un limbo legal. La Universidad no retira los títulos, pero tampoco los entrega. "Han pagado los derechos de titulación por unos estudios que les abren ciertas expectativas profesionales, y si no les dan ese título, sino otro, pueden recurrirlo ante un juez", dice Galván. En el mismo problema se encuentran los 1.864 matriculados actualmente. El rector de la Hispalense, Joaquín Luque, pidió ayer "tranquilidad" a los afectados, porque "ni la formación ni las atribuciones están en entredicho". "Ejercerán su profesión porque lo que está en duda es solo el nombre", añadió.
INCERTIDUMBRE Sin embargo, a la facultad de Ingeniería le preocupa la incertidumbre a la que se enfrentan los estudiantes que aspiran desde mañana a una plaza para el próximo curso (el año pasado recibieron 4.000 solicitudes). Solo accederán 408 alumnos, que no sabrán si el título al que aspiran hoy seguirá siendo el mismo dentro de cuatro años, cuando terminen. "Vamos a colgar un aviso en el tablón de preinscripciones para alertar de que la facultad desconoce cuál será la denominación final del grado", dice Galván.
El cambio del nombre de la carrera no es un asunto baladí. En la práctica, supondría rebajarlo de categoría profesional: no es lo mismo un graduado en Ingeniería de la Edificación que un graduado en Arquitectura Técnica (nombre que baraja el ministerio). El primero podría aspirar a trabajar en una obra en cualquier país europeo en calidad de ingeniero, y el segundo solo accedería a un puesto equivalente a FP.
Todo este asunto deviene de una sentencia del Tribunal Superior que dio la razón al Consejo General de Colegios de Ingenieros Industriales cuando denunció la transformación de la diplomatura de Arquitectura Técnica en el grado de Ingeniería de la Edificación. Fue una adaptación del Plan Bolonia, porque en el resto de la UE no hay enseñanzas medias (diplomaturas). Había que homologar las titulaciones y convertirlas en grados, así que desaparecieron los peritos y los aparejadores, que se integraron en la nueva Ingeniería. El colectivo de peritos lo consideró intrusismo profesional y lo llevó a los tribunales.
La primera denunciada fue la universidad privada de Madrid Antonio de Nebrija, luego el fallo afectó a cinco más. Ahora le ha tocado a Sevilla, donde solo el 20% de matriculados son sevillanos, el resto es de otras provincias andaluzas, porque esta carrera solo se oferta en la capital y en Granada. La Hispalense fue la primera en programar el salto del plan antiguo (3 años) de Arquitectura Técnica al grado de Ingeniería de la Edificación, lo que provocó que muchos alumnos de otras comunidades vinieran a estudiar para convalidar sus primeros años de diplomatura.
Las universidades andaluzas abren mañana el plazo de preinscripción para el acceso a estudios de grado universitario. Uno de esos grados, el de Ingeniería de la Edificación en la Universidad de Sevilla, ya no puede seguir llamándose así. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha suspendido cautelarmente "la denominación" que consta en el plan de estudios de esta carrera, de modo que el título de Ingeniería de la Edificación queda temporalmente sin efecto.
La Universidad de Sevilla no podrá expedir más títulos de este grado hasta que el Ministerio de Educación cambie el nombre, o los tribunales le den la vuelta al asunto. Esto afecta de inmediato a los más de 200 alumnos que se graduaron el año pasado, cuyo título "el rector guardará en un cajón hasta que se resuelva el conflicto judicial", explicó el director de la facultad de Ingeniería, José María Galván.
Ese cajón es un limbo legal. La Universidad no retira los títulos, pero tampoco los entrega. "Han pagado los derechos de titulación por unos estudios que les abren ciertas expectativas profesionales, y si no les dan ese título, sino otro, pueden recurrirlo ante un juez", dice Galván. En el mismo problema se encuentran los 1.864 matriculados actualmente. El rector de la Hispalense, Joaquín Luque, pidió ayer "tranquilidad" a los afectados, porque "ni la formación ni las atribuciones están en entredicho". "Ejercerán su profesión porque lo que está en duda es solo el nombre", añadió.
INCERTIDUMBRE Sin embargo, a la facultad de Ingeniería le preocupa la incertidumbre a la que se enfrentan los estudiantes que aspiran desde mañana a una plaza para el próximo curso (el año pasado recibieron 4.000 solicitudes). Solo accederán 408 alumnos, que no sabrán si el título al que aspiran hoy seguirá siendo el mismo dentro de cuatro años, cuando terminen. "Vamos a colgar un aviso en el tablón de preinscripciones para alertar de que la facultad desconoce cuál será la denominación final del grado", dice Galván.
El cambio del nombre de la carrera no es un asunto baladí. En la práctica, supondría rebajarlo de categoría profesional: no es lo mismo un graduado en Ingeniería de la Edificación que un graduado en Arquitectura Técnica (nombre que baraja el ministerio). El primero podría aspirar a trabajar en una obra en cualquier país europeo en calidad de ingeniero, y el segundo solo accedería a un puesto equivalente a FP.
Todo este asunto deviene de una sentencia del Tribunal Superior que dio la razón al Consejo General de Colegios de Ingenieros Industriales cuando denunció la transformación de la diplomatura de Arquitectura Técnica en el grado de Ingeniería de la Edificación. Fue una adaptación del Plan Bolonia, porque en el resto de la UE no hay enseñanzas medias (diplomaturas). Había que homologar las titulaciones y convertirlas en grados, así que desaparecieron los peritos y los aparejadores, que se integraron en la nueva Ingeniería. El colectivo de peritos lo consideró intrusismo profesional y lo llevó a los tribunales.
La primera denunciada fue la universidad privada de Madrid Antonio de Nebrija, luego el fallo afectó a cinco más. Ahora le ha tocado a Sevilla, donde solo el 20% de matriculados son sevillanos, el resto es de otras provincias andaluzas, porque esta carrera solo se oferta en la capital y en Granada. La Hispalense fue la primera en programar el salto del plan antiguo (3 años) de Arquitectura Técnica al grado de Ingeniería de la Edificación, lo que provocó que muchos alumnos de otras comunidades vinieran a estudiar para convalidar sus primeros años de diplomatura.
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