El pasado martes dia 16, la junta de la Delegación del Maresme, tuvo la amabilidad de recibirme y, antes de iniciar la renión ordinaria, durante un par de horas, estuvimos debatiendo sobre diversos temas de actualidad de nuestro colectivo y, sobretodo, de nuestra relación con el colegio los últimos meses. El motivo de la invitación responde a unos cuantos escritos que he hecho llegar a mis compañeros del colegio, con mis reflexiones personales y que, al parecer, han llegado a la presidenta de nuestro colegio de Barcelona.
Dejo ahora a un lado inquietudes personales que nos afectan, como la libre (caótica) competencia, la crisis económica y colegial o las consecuencias del decreto de visados, para centrarme en el debate sobre la adaptación directa a grado.
Sobre este tema, la exposición de la Junta se fundamenta en los vanos intentos iniciales del colegio para conseguir el grado de manera directa pero que acaban derivando en que las Universidades fueron las que finalmente se hicieron con el control de las titulaciones y la han liado con la aparición de los cursos de adaptación, cosa que ya sabemos todos. Aún así, el movimiento que declara el colegio haber hecho no justifica la aceptación de estos cursos y la incorporación de la nueva titulación a los colegios, más aún cuando la profesión regulada por ley sigue siendo la nuestra. En cualquier caso, no me negaron en ningún momento que fuera lícito defender la idea de la adaptación directa, pero con unos oscuros augurios dado el volumen de colegiados que, o bien ya han hecho los cursos, o bien los están haciendo ahora, y que empiezan también a formar colectivo y a presionar al colegio, como supimos recientemente que sucedió en la asamblea de Navarra.
La anécdota de la tarde fué, sin embargo, que más de la mitad de los colegiados de la Junta habían empezado recientemente los cursos de adaptación, matriculados a la Universidad de Nebrija (que alguno ni sabía donde estaba), con al´guna materia convalidada unos, otros no, con precios dispares, pero, eso sí, on-line y con el título de Ingeniería de Edificación seguramente ya preparado por una media de 3.000 castañas.
Si os tengo que ser sinceros, salí satisfecho y con el ánimo reforzado para la Asamblea, que se prevé dura más por temas económicos que por otra cosa, y a ellos les entregué en mano la solicitud de incorporar en el orden del día de la Asamblea del próximo 15 de diciembre el punto que se refiere a la situación legal y real de la titulación de grado que habilita para ejercer nuestra profesión.
Seguiremos informando.
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