Pongo entre comillas el término "rescate", tal y como parece que vamos a tener que utilizarlo próximamente, ya que el gobierno parece que está convencido de que, finalmente, la unión europea nos va a hacer un préstamo estupendo de hasta 100 mM de euros por nuestra cara bonita y en unas condiciones más estupendas todavía, o sea, que de rescate nada.
Lo que sí debe ser cierto es que este préstamo va a ir directamente al saneamiento de las entidades financieras, que van a tener que dar cuentas en serio de sus activos inmuebles sobrevalorados estos últimos años y que, aunque bajando el precio, todavía se encuentran por encima del valor que el mercado está dispuesto a pagar sin crédito. Entendamos, pues, que los bancos (cajas ya no sé si contarlas) van a tener que hacer limpieza de sus activos tóxicos (no del ladrillo tóxico que, como ya dije en otra entrada del blog no me gusta nada), a la vez que se supone que tarde o temprano se empezará a abrir el cuentagotas (ya abriremos el grifo) del crédito a empresas y particulares.
¿Cómo deberíamos, pues, los afectados por el mayor parón de la historia en el sector de la edificación residencial e industrial de la historia, interpretar el "rescate"? No cabe duda que, como ciudadanos, podemos interpretarlo como nuestro color político nos apetezca, aunque el préstamo no va a salir gratis de ningún modo, pero como miembros del sector, ¿no podríamos interpretarlo como una noticia algo positiva?: Liquidación de stocks en unos cuantos meses, créditos a empresarios y particulares (nunca como en los tiempos en que se inundó el mercado con crédito fácil, por supuesto), alquileres a precios razonables...
Podríamos interpretar también que tantísimos inmuebles como deben liquidarse necesitarán de intervenciones por nuestra parte, tanto a nivel técnico (promociones inacabadas, documentaciones, certificados) como a nivel físico (reformas, acabados, instalaciones...pintura!), que empiecen a convertirse en encargos, de mayor o menor envergadura, pero siempre bienvenidos.
Nos hayan rescatado o no, prefiero pensar en el dicho de "no hay mal que por bien no venga" y que, de verdad, esta intervención de los bancos españoles por parte de la Unión Europea, sirva para alguna cosa más que para incrementar nuestra deuda con el mundo, sin más.
Seamos optimistas, que además juega la Selección en la Eurocopa, Nadal en Roland Garros y Fernando Alonso sale tercero en Canadá!
No hay comentarios:
Publicar un comentario