Y no empezamos bien, no sólo por la situación económica casi crónica que vive nuestro sector, ni por el desbarajuste de títulos que dan acceso a nuestra profesión de Arquitectos Técnicos, si no por la reciente publicación del borrador de la Ley de Servicios Profesionales. Ya se ha levantado pólvora en twitter, facebook y linkedin sobre el tema y algunos colegios ya han manifestado su oposición al borrador, pero como era de esperar, no hay un pronunciamiento claro y unísono del colectivo hacia su contenido.
Un contenido en el que, bajo la excusa de liberar el mercado de los técnicos, se acaba reconociendo que casi cualquiera puede hacer casi cualquier cosa en el campo de la edificación, sobretodo si se pertenece a cualquier ramo de la ingeniería, bajo conceptos como el de anular la "reserva de actividad" del ramo de la arquitectura.
En líneas muy generales, pierde la Arquitectura, así, en mayúsculas, gana la Ingeniería, también en mayúsculas, porqué?
En primer lugar, veo los primeros comentarios de los arquitectos que, indudablemente, defienden su profesión como única y exclusiva facultada para proyectar edificios, algunos con argumentos más o menos convincentes sobre su formación académica, enfocada hacia la definición pura de los espacios donde el ser humano deberá desarrollar su vida y sus actividades, así como su entorno. Podremos estar más o menos de acuerdo, pero me sobran algunos comentarios elitistas que hacen referencias incluso a Vitruvio, sobre el aspecto más artístico de su profesión y sobre la que, particularmente, nunca he discutido, pero con demasiada soberbia y aparente desprecio a los demás aspectos técnicos de los edificios.
En segundo lugar, leo también las primeras reacciones de Ingenieros y de algunos colegios, donde dan por hecho que el borrador de la Ley pone las cosas más o menos en su sitio, y que su sólido colectivo ya salió mal parado con la LOE, así que ahora puede que se vayan a reconocer sus atribuciones en el campo de la edificación, donde ya intervienen parcialmente de manera consolidada, sí. Aún así, me sobra la opinión de algunos, que justifican de manera simplificada su apoyo al borrador en base a que, como ya son capaces de calcular la estructura para que el edificio sea seguro o las instalaciones de todo tipo para hacerlo funcionar, sólo les queda pendiente la posibilidar de definir "la caja" que las engloba, minimizando claramente la importancia del diseño del edificio en sí para asimilarlo más a una máquina.
En este binomio, no es fácil encontrar un término medio, más cuando, después de más de 20 años compartiendo trabajos con unos y otros, uno tiene perfectamente delimitado cual es el ámbito de cada uno, haciendo muchas veces la coordinación en la gestión de proyecto y en obra para una correcta definición y ejecución del edificio. Cada uno con lo suyo.
Espero que el borrador como tal así se quede y que podamos reaccionar a tiempo.